PASTORAL VOCACIONAL GENERAL Y PASTORAL VOCACIONAL ESPECIFICA


a. La Pastoral Vocacional General.
      Queda entonces claro que la Iglesia tiene que realizar una pastoral vocacional. En que consiste y cuáles son sus alcances, es algo que se tiene que ver desde algunas perspectivas. Habra entonces una pastoral vocacional general que corresponde a todos los educadores de la fe y que de algún modo se asimila a los que conocemos como pastoral juvenil.
b. Tiene que haber en la Iglesia organismos y personas que ejerzan una pastoral vocacional específica: son los Departamentos de vocaciones, los organismos vocacionales de diócesis y de congregaciones religiosas. Estos deberan cumplir con:
       - una función de reflexión teológico-pastoral sobre todos los problemas de la pastoral vocacional.
       - una función orientadora, para que los educadores de la fe lleven una linea de opción vocacional en el crecimiento de la fe.
       - una funcion coordinadora de los diversos movimientos de la diócesis o Congregaciones religiosas
c.-  Trabajo conjunto.
Cuando leemos el Documento de Santo Domingo, aparece con mucha claridad la importancia de un trabajo no aislado sino de Iglesia y con sentido de Iglesia. A propósito vale la pena transcribir los dos primeros párrafos del num. 80 que dicen así:
“Estructurar una pastoral vocacional inserta en la pastoral orgánica de la diócesis, en estrecha vinculación con la pastoral familiar y la juvenil...”
“Fundamentar la pastoral vocacional en la oración, en la frecuencia de los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, la catequesis de la confirmación, la devoción mariana, el acompañamiento con la dirección espiritual y un compromiso misionero concreto...”
¿PODEMOS HACER ALGO PARA QUE SURJAN VOCACIONES?
Toda la comunidad cristiana tiene la obligación de animar la pastoral vocacional y cada cristiano en particular. Por tanto tu labor es fundamental en esta pastoral y puedes seguir las siguientes líneas:

Orar convencidos de su necesidad y del gran don que supone para la Iglesia. Para ello hay que saber orar y enseñar a hacerlo.

Vivir conscientemente la vocación propia, siendo cada día más fiel a la llamada de Dios, y con conciencia de ser testimonio para los demás.

Ayudará mucho plantear los interrogantes vitales ¿quién soy? ¿qué sentido tiene mi vida? ¿cuál es mi misión? Conscientes de que cada uno tiene una vocación en la Iglesia y contribuye positivamente a que cada joven se plantee cuál es su misión y su vocación. Cuando no domina el tema se ha de poner en contacto al joven con alguien con más experiencia (sacerdote, religioso/a).
Trabajar para ir creando en nuestras comunidades un ambiente propicio.
Formar grupos de catequesis de adolescentes y jóvenes con una marcada orientación vocacional.

Invitar a niños y adolescentes a participar en las actividades que organiza el Seminario para monaguillos y al Preseminario.

Hacerte miembro de la Red de intercesores y comprometerte a rezar un día a la semana un rato por las vocaciones.

Colaborar económicamente con el Seminario, en la medida de tus posibilidades.